domingo, 22 de febrero de 2009


Estimada Dama:
Que bién les sentaría la Muerte,
siempre y cuando fuere deseada.
Que grato sería el encuentro
con la otra vida,con la otra morada.

Y ahí están,
viéndonos pasear alrededor;
a veces cerca, pero no tanto,
otras lejana, ¿hasta cuándo?.

¡Qué visita inesperada!
Aunque a veces recalcada.
Que tatuaje repentino...
¡sinverguenza,descarada!

¿Por qué el privilegio
de llegar sin ser llamada?
¡Impertinente,amargada!

Murmuran a nuestras espaldas,
dicen que lo hacemos con saña.
Pero algunas veces,
la siento muy apenada;
dudando en cada caso de si su presencia
sera esperada, o una ingrata puñalada.
¡Qué tarea complicada!

A todo esto...
¿Autónoma o mandada?
Igualmente,que poco delicada.

En ocasiones me rebelaría,
por matar, la mataría;
pero sabemos que no es tarea mía,
sino de usted, que es la encargada.

Reivindican:
Cita previa y certificada.
Con derecho a reclamación
de no ser aceptada.
¿Qué trabajo le cuesta a usted,
esperar a ser esperada?

Sea buena,
medítelo con calma;
verá que así hasta la Muerte,
puede ser bien llevada.

Atentamente,
Su Guadaña.

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