domingo, 3 de mayo de 2009

Cien años adormecida,esperando encarnación.
Fui Híade en algún tiempo,tu Ninfa seré hoy,
A través de ojos felinos mudo testigo de mi faraón
Me quemaron en la hoguera por bruja y traición,
Esclavo del hombre blanco esperando liberación,
Concubina en otro tiempo parecía mejor opción,
El cosmos me dió un respiro de filósofo y vividor,
Años antes moría por mi pueblo en plena revolución,
He robado,mentido,manipulado a discreción,
Allá por el 900 de profesión me pedí ladrón,
Mas tarde en Selva Chocó hasta que Colón nos encontró.

Fuiste el Sátiro que me tentó,mi amo y señor Keops,
El mago que conmigo ardió, la mujer que me liberó,
Mi amante de ojos rasgados, la musa de mi inspiración,
Dos bandos en la guerra no pudieron con nuestro amor,
Confiaste en mí hasta cuando robé tu corazón,
Nos amamos sin reparos siendo hombres los dos,
En aquella casita pobre perdida en los campos de Japón,
Improbable cuando en el fin del mundo estaba yo
Y tú llegaste a Ushuaia con una expedición,
Fue el perfume de tu piel que el camino me señaló
Cuando ciega caminaba por la estación de Dusseldorf.

Vida tras vida ,el reencuentro, una nueva fusión,
Reencarnación tras reencarnación un solo corazón,
Experiementando libremente la nueva ocasión
De hallar en otras almas la misma compenetración,
Tarde o temprano,sin poder evitarlo, la unión,
Lazos invisbles van tejiendo la reunión,
No eres tú, no soy yo, nadie igual al anterior,
Siempre regresando para cumplir la misión,
En tu alma conocimiento de construir algo mejor
Es hora de despertar,ponte en acción,
La energía es un todo que reclama tu atención.

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